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Establecimiento del cultivo
a. Preparación del terreno.
El trigo requiere un terreno asentado, mullido, limpio de malas hierbas y
bien desmenuzado. Si anteriormente la tierra no ha sido cultivada, es necesario roturarla y seguir con
un barbecho.
b. Variedades.
Existe gran diversidad de variedades, actualmente existen de paja corta y alto
rendimiento, así como de verano e invierno. Los trigos de invierno suelen cultivarse en zonas
templadas y los de verano predominan en zonas con inviernos fríos (altas latitudes) o con inviernos
demasiado suaves (bajas latitudes).
En general pueden distinguirse tres variedades en función de su ciclo:
•
Variedades de otoño o de ciclo largo.
•
Variedades de primavera o de ciclo corto.
•
Variedades alternativas.
Trigos de invierno y trigos de primavera
Las variedades de trigo que se siembran en otoño completan su ciclo vegetativo al iniciarse el verano
siguiente. Las sembradas en primavera necesitan más de un año para madurar y son las llamadas "de
invierno".
c. Siembra.
A continuación se describen las consideraciones para la siembra del trigo:
Época de siembra
Los trigos de invierno se siembran en otoño y exigen un periodo largo de bajas temperaturas. El trigo de
verano se siembra en primavera o en otoño, sobre todo en zonas con inviernos suaves.
En zonas más frías se recomienda una fecha intermedia; ya que las muy tempranas exponen la cosecha
a las heladas tardías, y las muy tardías, al peligro de las heladas de otoño o invierno y, más tarde, al
asurado del grano por los vientos cálidos del verano.
Profundidad de siembra
La siembra debe realizarse en surcos separados a una distancia entre 15 y 20 centímetros, en general
suele estar a 17 a una profundidad de 3 a 6 centímetros.
Únicamente se sembrará a mayor profundidad en los siguientes casos:
En tierras muy sueltas donde las semillas, una vez germinadas, puedan estar expuestas a la desecación.
En siembras tardías conviene proteger al trigo de las heladas. Cuando la preparación del terreno no se
realice de forma adecuada.
Densidad de siembra
Se emplea una densidad de 300-400 semillas/m
2
(de 100 a 130 kilos semillas/ha), con un mínimo de 80%
de poder germinativo.
d. Abono orgánico.
En secano se recomienda aplicar 10 a 20 kilos/m
2
; y en regadío pueden emplearse
30 kilos/m
2
.