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Respuestas a la autoevaluación
C U R O M K U L
S E L E C C I
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S D C P M U J E R C O N Q U I N Q U E Y C C H F U U I D F H
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S V N E
Sesión 26. El museógrafo y el restaurador en el arte
Propósito
Reconocerán las actividades que desempeñan un museógrafo y un restaurador en el arte.
2.4. Profesionistas en el cuidado del arte
Las obras artísticas necesitan un cuidado especial durante la exposición y después de ésta, para esto es
necesario contar con profesionales que sepan cuidar las obras artísticas en diferentes momentos. Dos de
estos profesionistas son el museógrafo y el restaurador, los cuales pareciera que se encuentran
distantes, pero en realidad conllevan una misma finalidad: el cuidado de la obra artística en diferentes
momentos.
El museógrafo es el encargado de aplicar diferentes aspectos técnicos para la concepción, planeación y
realización correcta de una exposición, con la finalidad de que las obras artísticas expuestas se
encuentren correctamente dispuestas en el espacio y que el espectador pueda tener una lectura correcta
y placentera, teniendo en cuenta que también es necesario cubrir las demandas propias de la obra para
su conservación, es decir, que las condiciones sean las correctas, por ejemplo, la temperatura a la que se
encuentra la sala.
El museógrafo tiene diversas tareas dentro de su lugar de desarrollo, el cual es un museo o galería. Una
de sus labores es llevar el acomodo, registro y administración de las obras que se encuentran en las
exposiciones, así como de aquellas que pertenecen al acervo del museo, es decir, las que no se
encuentran expuestas, pero que han estado o estarán por ser parte de la colección privada del museo. El
museógrafo las administra y aplica técnicas para su conservación y
embalaje
correcto.
Seguramente, cada vez que has asistido a una exposición, has visto el trabajo del museógrafo, por
ejemplo: al estar en una sala de museo, nos percatamos de que todas las obras están acomodadas de
manera específica y cumpliendo con ciertos criterios, como el espacio entre una obra y otra; la altura a la
que se encuentran, pensando en cómo el espectador percibe la obra; la luz que ilumina la sala; la
temperatura; la presencia de las fichas técnicas, entre otras. Si analizamos todas estas tareas podemos
descubrir que en general varias de estas funciones ayudan a que el espectador tenga una mejor
experiencia al observar una obra artística.
El restaurador en cambio tiene la función de cuidar la obra artística que ha sido dañada o afectada por
alguna situación, con la finalidad de preservarla y conservarla para el futuro. Para ello el restaurador
también debe tener un amplio conocimiento sobre las características de la obra, conociendo parte de su
contexto, para así tener presente el estilo, las características de sus elementos formales y los recursos
técnicos con los que fue realizada. Este último aspecto es de suma importancia, ya que un buen