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Cuando tenemos un pensamiento negativo, éste siempre nos lleva a otro y así sucesivamente. Al
poco tiempo nos damos cuenta, que el panorama que nos rodea es negativo, triste y nos sentimos
desanimados. Una persona que piensa de manera positiva, enfrentará los problemas como retos, y
si no obtiene el resultado deseado, los verá como un aprendizaje. En cambio, alguien que piensa
de manera negativa, los considerará como un problema castigo, mala suerte u otro pensamiento
negativo, y el resultado, como una derrota.
Aunque parezca absurda la sugerencia del pensamiento opuesto, es un ejercicio mental que les
puede ayudar a cambiar el hábito de pensar de manera negativa. Les permitirá descubrir la
posibilidad de cambiar el paradigma y limpiar sus anteojos, brindándoles una nueva perspectiva, lo
que puede hacerlos sentir menos estresados, más optimistas y animados, al buscar alternativas
para enfrentar de distinta manera la limitación o problema que les preocupa.
Recuerden que si viene a su mente un pensamiento negativo, traten de cambiarlo por algo
opuesto.