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4. Las ramas nacidas de él y mejor repartidas a su alrededor.
5. Copa abierta o vaso y eje central.
Sesión 36. Poda de fructificación en árboles de pepita
Propósito
Describirán la poda de fructificación en
frutales de pepita.
El objetivo de este tipo de poda es renovar los elementos fructíferos del árbol. Con la poda de
fructificación se busca:
a
) Acercar la zona donde se desarrollan los frutos a la rama principal, manteniéndola en condiciones
favorables de luz y nutrición.
b
) Desarrollar yemas de flor en ramos; quiten ramas deformes, dañadas, secas y cierto porcentaje
de follaje para mejorar la cantidad y calidad de los frutos.
c
) Favorecer la iluminación y aireación del árbol para formación
de yemas de flor, coloración de frutos y disminuir ataques de
parásitos y enfermedades.
d
) Asegurar anualmente la emisión de ramas nuevas de
reemplazo.
Esta poda se debe hacer cuando el árbol alcanza su tamaño
definitivo, aunque a partir del tercer año se pueden realizar al
mismo tiempo ésta y la poda de formación. La intensidad de la
poda depende del vigor del árbol (muchas ramas); a mayor vigor
menor intensidad, limitándose a un
raleo
de ramas y a menor vigor, se realiza una poda más
intensa para favorecer la producción de éstas. Para el despunte, cuenten desde el extremo
superior del ramo hacia abajo, cinco hojas y corten en ese punto.
En general, las ramas fructíferas se forman de una yema situada en un ramo, la cual puede, en el
primer año, quedar latente o convertirse en dardo, brindilla, lamburda, en
chupón
o en ramo.
Examinemos cómo por medio de la poda de fructificación se reduce el alargamiento de la rama.
Proceso de la poda de fructificación en árboles de pepita
Primer año
Se produce el ramo. Fundándonos en el vigor de éste lo podamos a tres yemas,
eliminando su parte inactiva, aproximando a su base, la fructificación.
Segundo año
La parte podada contiene tres yemas, que han evolucionado en un dardo, una
brindilla y un ramo. El dardo y la brindilla son elementos que pueden, a su vez,
formar más ramos, debido a un exceso de savia.
Para evitar lo anterior, en su base, se conserva una yema con la finalidad de
que absorba dicho excedente.
Tercer año
La yema conservada evoluciona hacia un nuevo ramo, y las otras dos, se
transforman en una brindilla coronada y una lamburda, las cuales darán origen
a las flores. Una vez obtenidos los elementos de fructificación, se puede eliminar
el ramo formado.
Indicación del área de
corte en ramos.