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Libro para el Maestro
Cimac | México, DF
A 15 años de ratificarse la Convención Internacional de los
Derechos del Niño y 14 años después de su entrada en vigor
en el país, México se plantea la primera gran reforma
estructural en la materia, con la creación de un sistema
integral de justicia para adolescentes que reconoce, por fin,
el derecho al debido proceso de los menores que cometen
un delito.
“Yo llegué al Ministerio Público por lesiones agravadas,
asociación delictuosa, robo agravado y vandalismo. El robo
nunca se me pudo probar, ellos simplemente pusieron en la
declaración lo que quisieron escuchar.
“Hasta tres meses después, que pude salir en tratamiento
externo, fue que se pudo comprobar que no hubo ningún
robo”, recuerda Alberto, de 16 años, sobre su tortuosa
experiencia en un Centro Tutelar para Menores Infractores.
Como Alberto, un promedio de 10 mil niños y adolescentes
está inmerso en los laberintos del actual sistema de justicia
para menores, que viola todas sus garantías al someterlos a
un procedimiento ejecutado por autoridades administrativas,
dependientes del Ejecutivo Federal o estatal.
De ese número, cerca del 40 por ciento son privados de su
libertad bajo el eufemismo de “tratamiento en internación”,
que se cumple en Consejos Tutelares o Centros de
Diagnóstico (el nombre varía según la entidad federativa de
que se trate), que no se diferencian de las cárceles para
adultos, explica la diputada Angélica de la Peña.
“Los consejos tiene alrededor de 3 mil 500 menores en
todo el país en tratamiento interno, por supuesto el más
alto es del Distrito Federal. En tratamiento externo hay más
de 6 mil 500.
“Es absurdo que nos digan que no están privados de su
libertad, porque lo están; los actuales Consejos son cárceles
que reproducen lo peor de los reclusorios de adultos”,
afirma la legisladora, presidenta de la Comisión Especial de
la Niñez, Adolescencia y Familias de la Cámara de
Diputados.
De acuerdo con un diagnóstico de la Comisión Nacional de
Derechos Humanos (
CNDH
) la mayoría de los centros de
internamiento para menores registra sobrepoblación, abusos
–golpes y malos tratos–, hacinamiento y, en lugar de
dormitorios, los niños y adolescentes viven en celdas cuyas
paredes son “mallas metálicas que semejan jaulas para
animales”.
Pero lo más grave, destaca, es que 85 por ciento de los
adolescentes que van al Consejo Tutelar llegan por
bagatelas jurídicas, la inmensa mayoría por delitos como
robo o tentativa de robo, lesiones y encubrimiento. Los
casos de homicidio calificado y portación de arma prohibida
son los menos, y también es mucho menor la proporción de
niñas y adolescentes, entre 10 y 15 por ciento del total.
El robo, en un gran número de casos, está relacionado con
la adicción de los menores a alguna droga, que los lleva a
buscar el medio para allegarse de dinero y poder adquirirlas,
de acuerdo con el informe especial de la
CNDH
sobre la
situación de los 54 centros de internamiento para menores
infractores del país.
El principal rango de edad de los y las adolescentes
infractores es de 16 a 17 años, seguido por el de 15, lo que
demuestra la inutilidad de reducir la edad penal como lo
han hecho 15 entidades del país, pues el resultado es que
los menores son cooptados por la delincuencia organizada
antes de esos rangos, porque aun cuando sean detenidos
son inimputables, sostiene De la Peña.
Además, en los centros tutelares actualmente conviven en el
mismo espacio adolescentes infractores con niños de siete,
ocho y nueve años que no han infringido la ley, y que han
sido internados por estar en situación de abandono o de
riesgo, según ha documentado la
CNDH
.
Los jóvenes internos, por delitos menores
PARA INFANTES, JUSTICIA SIN DERECHOS
María de la Luz González.
Los jóvenes internos, por delitos menores. Para infantes, justicia sin derechos
.
Segunda y última parte.
(recuperado el 6 de noviembre de 2007).