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SECUENCIA 1
La religiosidad de los mesoamericanos estaba
presente en su cotidianidad. Cada señorío tuvo su
dios patrono y sus autoridades estaban ligadas a
alguna divinidad por su linaje. Por tanto, la posibili-
dad de detentar el poder por parte de los señoríos
dominantes radicaba en su historia mítico-religiosa y
en el poder de sus dioses. México Tenochtitlan,
Tzintzuntzan y Mayapán, tres de los centros políticos
más poderosos del periodo, fundaron su hegemonía
en un origen mítico que los enlazaba con un dios
supremo de quien recibían poderes. Los dos primeros
eligieron como dios patrono una divinidad guerrera:
Hutzilopochitli, los mexicas; Curicaueri, los tarascos, y
los mayas a Kukulcán, serpiente emplumada.
El gobierno también era un reflejo del orden
cósmico, el cual se encontraba dividido en dos
mitades o parejas de contrarios. El tlatoani mexica
era representante de su dios y junto con el sumo
sacerdote, eran los gobernantes supremos de sus
imperios. El primero representaba la tierra y el
La formación de alianzas contribuyó en ambos sentidos. Por un lado, permitía ampliar los dominios de sus
miembros —generalmente tres— sobre otros a quienes les exigían
tributo
, el cual les daba la posibilidad de
acceder a redes comerciales, productos, servicios y recursos necesarios para el sustento y enriquecimiento de
sus grandes y pobladas ciudades que eran centros políticos, económicos, religiosos y administrativos. Por el
otro, sus creencias y costumbres se expandían por nuevos territorios y convivían con las locales desde un lugar
privilegiado, pues eran parte del dominio ejercido por el gobierno central.
Institución que impone un orden
en la región que domina
ALIANZAS
Origen étnico
Matrimonios
entre los miembros
se reparte
Colaboración y ayuda
Defensa y vigilancia
de la región
Dominio de
otros señoríos
Conquista militar
obtienen
TRIBUTO
Rendición de señoríos
Recursos,
productos y
ampliación de redes
comerciales
Trabajo, participación
en cultos del gobierno
central, colaboración en
campañas militares
Los mexicas, por ejemplo, se decían los hijos del Quinto Sol y, con
el fin de asegurar la perpetuidad del mundo, debían alimentar con
sangre a su dios Huitzilopochtli. Por ello, el sacrificio humano fue tan
practicado por ellos. Sin embargo, esta práctica no fue exclusiva del
Centro de México, también los mayas y otras culturas la practicaron.