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SECUENCIA 6
En la primera etapa de la insurrección de Hidalgo
se expresan por lo menos dos
movimientos: el de los
criollos
y el de los pueblos. Así lo concibió Juan de Yandiola,
enviado por las Cortes Españolas para analizar la situación de la Nueva España. En su
reporte informó de la presencia de las dos corrientes en la insurrección: una relaciona-
da con los “deseos independentistas de los
criollos
” y la otra que se expresaba en las
“reivindicaciones que comenzaban a hacer los indios de sus tierras, atentando contra la
propiedad y los bienes pertenecientes a los españoles.
[...] Los
criollos
habían planeado un levantamiento organizado, en el que sólo partici-
parían las fuerzas militares [.
..] y las elites locales. Con esta finalidad se establecieron
juntas de notables
en cada población, a fin de coordinar los trabajos de acopio de
armas y recursos, y de organizar gente dispuesta a luchar por la causa.
La aprehensión de españoles y el reemplazo de autoridades peninsulares por
criollas
en las provincias insurrectas sugieren el establecimiento [.
..] del proyecto
criollo
, sin
embargo, las proporciones adquiridas por la rebelión, no sólo sorprendieron a las
autoridades virreinales sino a los mismos conspiradores, porque ellos habían planea-
do propagar la rebelión una vez que contase con suficientes partidarios y luego
aprehender a los europeos. El asesinato de “gachupines” no estaba previsto; el plan
era su expulsión del país, pero la situación cambió ante la resistencia de los españoles
de Guanajuato. Ésta incendió los ánimos en su contra y dio lugar a las ejecuciones.
Estos acontecimientos y la ingobernabilidad generalizada fueron repudiados [.
..] por
buena parte de las elites locales que prefirieron alinearse con el gobierno virreinal. En
pocos meses el fenómeno del
criollismo
en la insurgencia se diluyó para dar margen a
otro movimiento.
Juan Ortiz Escamilla. “La guerra de Independencia y la autonomía de los pueblos”,
en
Interpretaciones de la Independencia de México.
México: Nueva Imagen, 1997.
Sabías que…
En diferentes momentos del periodo colonial se suscitaron diversos levantamientos, principalmente campesinos, con el fin de exigir justicia en
problemas como la apropiación de tierras comunales por parte de hacendados o por los altos impuestos; la mayoría de estos movimientos ini-
ciaron bajo la consigna: “Viva el rey, muera el mal gobierno”, que servía a un tiempo como denuncia en contra de las autoridades regionales y
como llamado al rey o virrey para interceder en la solución.
Juntas de notables:
Asambleas cuyos
miembros pertene-
cían a la nobleza y
simpatizaban con la
Corona.
7.
Lean los textos e identifiquen, en cada uno, causas y consecuencias. Escríbanlas en
su cuaderno conforme terminen de leerlos.
Tras la captura de Fernando VII
En 1808, en la metrópoli se decidió que, ante la ausencia del rey, los pueblos nombra-
ran autoridades interinas; en Nueva España, el Ayuntamiento de la Ciudad de México,
que se consideraba representante del pueblo,
propuso al virrey ser él quien se encarga-
ra de la colonia; el virrey aceptó pero los peninsulares se opusieron a la decisión y lo
destituyeron, colocando en su lugar a quien protegiera sus intereses. Muchos grupos se
molestaron con dicha acción, entre ellos los
criollos
ilustrados, quienes consideraron al
nuevo virrey parte de un gobierno ilegítimo.
Mientras las Cortes sesionaban en Cádiz, en la madrugada del 16 de septiembre
de 1810, y con el fin de quitar a las autoridades ilegítimas del gobierno colonial,
inició el movimiento de Independencia. Con el grito: “¡Viva la Virgen de Guadalupe!
¡Viva Fernando VII! ¡Muera el mal gobierno!”, Miguel Hidalgo, en Dolores, Guanajua-
to, convocó a la población a levantarse en armas.