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También en ese tiempo, fue demolida gran parte de la muralla, del castillo de San
Carlos al de la Soledad.
Otro cambio importante fue la introducción del alumbrado público.
En las calles de Ciudad del Carmen y San Francisco de Campeche se empezaron a
instalar candilejas, recipientes que contenían aceite de higuerilla (
k’och
, en maya)
o velas de sebo para alumbrar; se usaban metidas en las paredes o puestas en
pilastras, que son columnas o pilares que los dueños de las casas construían para
colocarlas.
En la ciudad, el interior de las casas se alumbraba con velas y lámparas, que
funcionaban también con higuerilla; en el campo se empleaban teas hechas de
madera resinosa (
tah ches
, en maya).
Los carniceros del mercado se comprometieron
a dar dinero diariamente y así reunir lo
suficiente para contar con alumbrado.
Con este dinero se pusieron las primeras seis
luces en el mercado antiguo.
El 15 de enero de 1822 se inauguró el alumbrado
público de la ciudad con 37 faroles de vela, que
se encendían al ponerse el sol y se apagaban a
las 11 de la noche.
El 1 de enero de 1863 las candilejas se cambiaron
por faroles de petróleo, que una persona se
encargaba de encender y apagar.
Inicio del sistema eléctrico.
Presidencia municipal de Hecelchakán.
La Puerta de Tierra, parte del muro para defender la ciudad.