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La ola gigantesca regresó mar adentro,
llevándolo consigo.
El caballo de arena sentía que las olas
lo levantaban y lo mantenían a flote. Estaba
en medio de los caballos blancos.
Entonces, relinchó y sacudió las crines.
Sus cascos levantaron espuma en la
superficie del mar.
—¡Ya puedo moverme! gritó .
¡Puedo galopar!
Y él también caracoleó, galopó
y agitó su cola blanca.
A su alrededor, los caballos blancos
se zambullÍan y brincaban
sobre las olas.
²³Vamos! ²gritaban².
³A todos los puertos! ³A todas
las costas! ³A todos los
horizontes!