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Con el agua se humedeció rápidamente
y no se pudo sostener.
Y dijeron los Progenitores:
—Bien se ve que no puede andar ni
multiplicarse.
Entonces desbarataron y deshicieron su
intento de hombre y siguieron preocupados.
Y luego de consultarse entre sí, dispusieron
que se juntara madera para que con ella
hicieran un hombre, duro, resistente, que
los habría de sustentar y alimentar cuando
amaneciera.
—Buenos saldrÁn nuestros muñecos
hechos de madera. Hablar n y conversar n
sobre la faz de la Tierra.
Prosiguieron y al instante fueron hechos
los muñecos de madera. Se parecían al
hombre. Hablaban como el hombre y poco
a poco poblaron la superficie de la Tierra.
Existieron y se multiplicaron. Tuvieron hijos
los muñecos de palo, pero no tenían fuerza
creadora ni sabiduría, ni entendimiento, ni
memoria, ni voluntad. No se acordaban de
su creador. Caminaban sin rumbo y andaban
a gatas. Y, por no acordarse de sus padres,
de los Progenitores, cayeron en desgracia.
Un gran diluvio se formó y cayó sobre
los muñecos de palo. Fueron anegados,
aniquilados, destruidos y desechados.