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Ganadería
La práctica de la ganadería se esparció en poco tiempo, hasta
el punto de que se encontraba una gran cantidad de rebaños
salvajes descendientes de los primeros animales que trajo Nuño
Beltrán de Guzmán. En las misiones se enseñaba a los indígenas
las técnicas para cuidar el ganado, así como el aprovechamiento
de sus derivados, como el
cuero
, la leche y la carne.
Curtían el cuero y con él elaboraban una gran cantidad de
artículos necesarios en la minería; con la leche se producían
quesos denominados, asaderas, mantequilla, etcétera, y con la
carne se elaboraba un tasajo, una forma de carne pulpeada que
se secaba al sol y se salaba para garantizar su conservación,
de modo que podía guardarse y comercializarse en buenas
condiciones algún tiempo después.
La actividad ganadera transformó el paisaje debido a que recibió
gran impulso por los benefcios alimenticios que proporcionaba,
pero también generaba muchos problemas a los agricultores, ya
que constantemente los chivos, los cerdos, las vacas, los borregos
y los burros invadían sus parcelas y destruían los plantíos porque
se comían las plantas que habían sembrado.
Estos conFictos propiciaron que se acelerara la construcción de
corrales y que las parcelas se cercaran. Todavía se oye un diálogo
entre los campesinos y ganaderos de las partes más apartadas de
la serranía de Choix Sinaloa, que dice así:
“El campesino dice:
—¿Tienes animales? Enciérralos.
El ganadero le contesta:
—¿Tienes parcelas? Cércalas.”
La cría de ganado vacuno cobró auge
en el Virreinato.