La alineación de la pelvis requiere observar si está echada (basculada) hacia atrás o en declive
hacia el frente, lo que altera la posición de la columna vertebral. Su correcta alineación ocurre
cuando logra centrarse en relación con la línea de gravedad.
Para alinear la pelvis, colócate de pie con las piernas separadas a la anchura de las caderas y
las puntas de los pies ligeramente abiertas, alarga el torso hacia arriba, procura disminuir la
curvatura del cuello y proyecta tu mirada a 90º. Realiza el siguiente ejercicio:
a) Lentamente bascula (desplaza) la pelvis hacia atrás, tanto como puedas sin que
presiones las vértebras.
b)
Levanta ligeramente la caja torácica y bascula la pelvis hacia el frente hasta que llegue a
la línea de gravedad.
c)
Detente y sujeta los glúteos y la pelvis con una ligera tensión en los músculos y alarga el
recto abdominal al máximo.
d)
Relájate y repite varias veces el ejercicio hasta que encuentres naturalmente el punto en
que pubis y cóccix estén a la misma altura.
Nuestra columna es el principal soporte de nuestro cuerpo y debemos mantenerla flexible. La
colocación inadecuada de la columna provoca fuertes dolores pero también puede producir
deformaciones irreversibles. Reúnete con algún compañero y pídele que observe
detenidamente tu columna vertebral. ¿Está redondeada hacia el frente y con los hombros hacia
delante? ¿O la parte de debajo de la espalda está muy arqueada? La columna debe estar recta
y alineada con el eje de gravedad, como en el siguiente esquema:
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