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Libro para el Maestro
agresivos, que piensan constantemente en sexo, que cuando
las invitan a salir están pensando en besarlas o en tocarles
el cuerpo, que beben en exceso, que sólo se interesan en los
deportes. Es muy posible que vaya subiendo el tono tanto
de parte de los hombres como de las mujeres y que exage-
ren cada vez más, que entren en una competencia para
señalar quién tiene más defectos. Al terminar de anotar las
características, se pasa a analizarlas, dependiendo de cómo
se haya dado la dinámica. ¿Qué fue lo que sucedió?, ¿por
qué se enojaron e hicieron comentarios cada vez más
agresivos? ¿Qué pasa con esos estereotipos en la vida
cotidiana?, ¿qué ventajas y qué desventajas tienen?, ¿por
qué los mantenemos? etcétera. ¿Cómo repercute esto en la
comunicación entre hombres y mujeres?, ¿y en las relacio-
nes de pareja? Sin borrar lo que hemos escrito, empezamos
a contar una historia, como la siguiente: María y Roberto se
gustan mucho y quieren salir juntos. Ahora bien, María
piensa que como Roberto es hombre, bebe en exceso, es
poco delicado y sólo está buscando besarla y tocarle el
cuerpo; y así se van incluyendo las características que los
jóvenes dijeron. Roberto, por su lado, piensa que María, por
ser mujer, es un poco aburrida, incomprensible, etc.; pero,
además, María sabe que Roberto tiene esa idea de las
mujeres por ser hombre, al igual que Roberto sabe que
María tiene esa idea porque eso piensan las mujeres de los
hombres. ¿Cómo se sentirían el uno con el otro?, ¿llegarán
a conocerse realmente o se quedarán en las ideas preconce-
bidas?, ¿qué tendría que pasar para que esto sucediera?
¿Cómo se sentirían la comunicación, la confianza y la
intimidad entre ellos?, ¿con qué frecuencia se presenta esto
en nuestra vida y de qué manera? Evidentemente, la historia
puede incluir muchas características. Se trata de materiali-
zar los prejuicios de los que hablaron los mismos jóvenes y
de ver cómo algunos de ellos sí interfieren en sus vidas,
para luego tratar de buscar otras formas de comunicación y
relación entre las personas de sexos diferentes.
A partir de esto también se puede analizar cómo a veces se
utilizan estas ideas preconcebidas para evadir la responsa-
bilidad de los propios actos. Por ejemplo, una joven que
accede a tener una relación sexual podría decir que el
hombre tuvo la culpa, que la sedujo, le hizo creer que la
quería y la manipuló “como suelen hacerlo los hombres”
para que ella no pudiera decir que no. Como se supone que
las mujeres no se interesan en el contacto sexual y que,
cuando lo hacen, lo hacen por amor, ella se libra de la
responsabilidad y la culpa. Por el otro lado, el chico que
tuvo relaciones con ella dice que fue ella quien provocó
todo, que se le insinuó con una actitud provocativa y que
como él es hombre, no se podía negar. Y así, también para
él, la responsable es ella. ¿De quién es la responsabilidad
realmente? Los jóvenes mismos serán quienes den distintas
respuestas y opciones que, con la ayuda del facilitador, los
llevarán a cuestionar ciertos estereotipos a fin de llegar a
sus propias conclusiones.
En el aspecto sexual, también existen muchos estereotipos
en torno a lo que se espera que cada uno haga en la
relación heterosexual. Estos supuestos, lejos de permitir que
las personas se expresen libre y plenamente, crean un
conflicto entre lo que se desea y lo que se “debe” hacer.
Generan ansiedad porque se ignora hasta qué punto lo que
uno siente es “normal” o no, pues las normas marcan algo
distinto. Se espera, como ya se dijo, que los hombres
conozcan todo sobre el sexo por el simple hecho de ser
hombres, que sepan conquistar a la mujer y satisfacerla en
el plano erótico-sexual; él carga entonces con la responsabi-
lidad de que la relación funcione, y si ésta falla será su
culpa. Esto mismo provoca que el hombre, al dar por hecho
que conoce todo sobre la sexualidad, no logre reconocer
que tiene dudas o inquietudes y mucho menos que las
manifieste; pero eso no significa que dejan de estar presen-
tes [Gindin 1991]. Se espera que el hombre conquiste a
muchas mujeres y se toma esto como una referencia de su
hombría.