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Libro para el Maestro
la raza, la religión o el sexo, o en otras consideraciones,
como intereses comunes o vecindad? ¿Existen líderes que
fomenten la división y el antagonismo?
Represión.
¿Algunos alumnos impiden a otros, por la
fuerza u otras formas de intimidación, participar en los
debates de clase o exponer sus opiniones en las interaccio-
nes sociales con sus iguales? ¿Se ridiculizan o denigran sus
opiniones?
Destrucción.
¿Han sido algunos alumnos agredidos o mal-
tratados físicamente por otros? ¿Son frecuentes las peleas?
¿Se suelen dar estas peleas entre individuos o grupos
determinados que los alumnos identifiquen con asociacio-
nes o «bandas»? En respuesta a esta forma de intolerancia
hay que emprender, entre otras actividades, la reflexión
sobre las consecuencias de la violencia y la presentación de
alternativas, reales posibles, a la misma.
Es aconsejable, en los primeros días de clase, proceder a una
evaluación de la intolerancia vigente. No obstante, los
profesores deben estar alertas a la manifestación de estos
síntomas en todo momento. Las intervenciones deben ser
moderadas e instructivas; no conviene reprender al culpable
en presencia de la clase ni demostrar excesiva simpatía por
la víctima. Lo más recomendable es abordar cuanto antes
las unidades didácticas relativas a las formas de intoleran-
cia que se hayan detectado para que los alumnos tomen
conciencia de ellas sin sentirse amenazados. Cuando se
trata de los síntomas reales de una clase en concreto, los
profesores tienen que tener cuidado de referirse a la
conducta y sus consecuencias, no a los culpables ni a las
víctimas. El interés debe recaer primero en el problema,
luego en la relación, más tarde en los alumnos, pero no
antes de que éstos estén en condiciones de responsabilizar-
se de sus actos.
Los alumnos directamente afectados deben reflexionar junto
con sus compañeros sobre las consecuencias que han tenido
sus actos y las que podrían haber tenido, y evaluar su
repercusión en la clase. A continuación les puede pedir que
imaginen soluciones apropiadas. ¿Qué deben hacer los
demás alumnos cuando observen estas conductas? ¿Qué
medidas pueden contribuir a modificar la situación y a que
haya un clima de mayor tolerancia en la clase? Hay que ayu-
dar a los culpables y a las víctimas a que tengan una mejor
relación, una vez reconocida la responsabilidad.