sesiones extraclase de alineamiento. Continúa registrando tus avances durante todo el año para
que, al finalizar el ciclo escolar, puedas hacer nuevamente un balance de tu estado corporal.
No olvides que los beneficios de los ejercicios de alineación los obtendrás si eres constante, por
lo que te recordamos los realices en otros momentos; además de tu clase de danza, al menos
dos veces por semana.
1.3 Integración de la respiración como apoyo para la ejecución del
movimiento con fluidez y energía
En los cursos anteriores experimentaste la respiración en cuatro etapas: inhalación, pausa,
exhalación y pausa. La has utilizado para relajarte y dar fluidez a tus movimientos, o bien como
apoyo o impulso para la realización de un movimiento. También has explorado algunas de sus
posibilidades expresivas. Sin embargo, para que seas aún más consciente de la respiración
correcta, es necesario que conozcas los tipos existentes y sus características.
Existen tres tipos de respiración: alta o clavicular, media o intercostal y baja o abdominal.
La más común es la primera, pero no la mejor. En este tipo de respiración sólo se mueven el
pecho, las costillas, los hombros y las clavículas, por lo que únicamente trabaja la parte superior
de los pulmones, de ahí que se absorba una mínima cantidad de aire. Este tipo de respiración
demanda mucha energía, pero ofrece pocos beneficios. Se presenta cuando utilizamos ropa
muy ajustada o fajas, o después de muchas horas de trabajo sentados, cuando nos inclinamos
hacia adelante impidiendo la respiración profunda, o bien cuando en la actividad física intensa,
estamos agitados. Debemos evitar que este tipo de respiración se vuelva cotidiana, pues
conlleva un empobrecimiento de la vitalidad general, cansancio, fatiga, falta de atención y
concentración.
Experimenta con la respiración alta o clavicular. Siéntate y respira rápido y sólo involucra la
parte alta del torso. Observa cómo te sientes.
El segundo tipo es la respiración media o intercostal que incluye un poco de la respiración
abdominal, llena de aire, en este caso, la parte superior y media de los pulmones. Con
frecuencia la desarrollan las personas que trabajan de pie o caminando. Aunque mejoran los
beneficios, aún no se logra llenar de oxígeno nuestro cuerpo. Cuando se vuelve un hábito
puede provocar estrés y ansiedad, de ahí que se genere falta de atención y concentración.
Luego de un intenso ejercicio, en ocasiones nos conformamos con lograr este tipo de
respiración, con lo cual corremos el riesgo de que se vuelva un hábito.
Realiza la respiración media. Camina por todo el salón respirando al ritmo normal. No involucres
el abdomen al inhalar o exhalar. Presta atención a tus sensaciones.
El mejor tipo de respiración es la baja o abdominal. Este modo de respirar nos ayuda a
conseguir la máxima cantidad de aire, llenando por completo los pulmones con un mínimo
esfuerzo. Debemos insistir en que nuestra respiración sea lenta, rítmica y continua, lo que nos
ayudará a relajarnos y por consiguiente a disminuir las tensiones. Así, lograremos una mayor
tranquilidad y concentración. En el caso de la danza, desarrollar el hábito de la respiración
abdominal nos permitirá incrementar nuestro nivel de resistencia, ampliar nuestra capacidad
aeróbica y evitar el cansancio excesivo.
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