[la droga, coca y marihuana], pero ahorita no, no es nuestra
función delatarlo, hay que proteger a los muchachos… el
año pasado dijeron [que les vendían droga], nunca les
volvimos a preguntar quién la vendía, donde la conseguían,
no era nuestra función ¿no?, sino que es rescatar a los
muchachos.
.. (15_T_R_09ED)
Casos en los que se asume una actitud pasiva y de negación
o una
política de avestruz
como señalan algunos autores,
son frecuentes en el mundo escolar.
11
El argumento de que no se da en todos es de los más
usados, favoreciendo así que tales conductas permanezcan
implícitas
; se impone una filosofía del
dejar hacer, dejar
pasar
. Por otro lado, se trata de casos –no sólo como
consecuencia del consumo de drogas, sino de la existencia
de otro tipo de conductas problemáticas entre los
estudiantes, como las agresiones físicas y el vandalismo–
con un ambiente de convivencia sumamente deteriorado
que dificulta las tareas de enseñanza.
En este sentido, cabe adelantar –a propósito de los
hallazgos de este estudio sobre la disciplina escolar– que
cuando los alumnos perciben que en el ambiente escolar
hay escasa preocupación o desestimación del consumo de
drogas, es más probable que este fenómeno se mantenga o
incremente. Asimismo, el consumo tiende a estar
acompañado de bajos niveles de exigencia académica y de
disciplina.
12
CONCLUSIONES
El problema del consumo de sustancias ilícitas resultó ser de
poca magnitud en las escuelas secundarias estudiadas, pues
sólo en pocos casos se dijo que esta problemática afecta de
forma significativa a la población escolar. Sin embargo, no
por ello se debe considerar de relevancia menor ya que los
datos muestran realidades difíciles de enfrentar y resolver
por las propias escuelas.
Una reflexión fincada tanto en el estudio cualitativo como
en el cuantitativo presentado en la segunda parte de este
reporte es que el problema parece ir en aumento y que se
ha diversificado, al menos por el mayor involucramiento de
las mujeres en el consumo de drogas.
Se observa que esta problemática es una de las formas en
que la descomposición social se refleja dentro de las
escuelas. También se identifican factores de riesgo que
parecen estar relacionados con esta problemática. Entre los
factores sociales y familiares destaca que los amigos y la
familia practiquen estos hábitos; en el caso de los factores
de índole escolar, el bajo aprovechamiento.
El contexto de marginalidad donde se ubican las escuelas
parece ser un factor determinante. Asimismo, la evidencia
muestra una fuerte relación entre el consumo de drogas y
las manifestaciones de violencia e indisciplina.
Finalmente, es importante destacar las carencias de
personal formado y de programas expresamente destinados
a enfrentar la problemática del consumo de sustancias
nocivas a la salud, que caracteriza a las escuelas
secundarias, lo cual limita sus posibilidades de actuar de
manera efectiva; ello prácticamente en todas las
modalidades educativas.
11
Abramovay, Miriam (2005). Victimización en las escuelas. Ambiente escolar, robo y agresiones físicas.
Revista Mexicana de Investigación Educativa
. 10 (26 ),
833 -864 .
12
De acuerdo al estudio chileno realizado por Conace, cuando hay consumo de drogas, las escuelas se perciben como menos exigentes académicamente y
menos estrictas en cuanto a disciplina; la misma tendencia se observa en aquellas instituciones donde prevalece más agresividad entre los alumnos y más
desorden en la sala de clase, y donde se declara que los profesores se preocupan poco de los alumnos. Conace (2003).
Quinto estudio nacional de drogas
en población escolar de Chile, 2003. 8º Básico a 4º Medio