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Libro para el Maestro
MULTICULTURALISMO E INTERCULTURALISMO
Como hemos comentado a lo largo de este libro, un
concepto pleno de ciudadanía integra un
status legal
(un
conjunto de derechos), un
status moral
(un conjunto de
responsabilidades) y también una
identidad
, por la que una
persona se sabe y siente perteneciente a una sociedad.
Difícil es encarnar semejante ciudadanía plena en grupos
humanos con grandes desigualdades materiales, y por eso el
concepto de la «ciudadanía social» pretendía al menos
proporcionar a todos los ciudadanos un mínimo de bienes
materiales, que no queden al juego del mercado, y el de
«ciudadanía económica», hacerles activamente
participantes de los bienes sociales. Sin embargo, un
segundo tipo de problemas se plantea en sociedades que,
además de contar con desigualdades materiales reúnen en
su seno diversas culturas. La diversidad de creencias y de
símbolos hace difícil la convivencia pero sobre todo el hecho
de que habitualmente un de esas culturas sea la dominante
y el resto quede re legado, dando pie a una distinción entre
«cultura de primera» y «culturas de segunda» que suscita
sin remedio sentimientos de injusticia y desinterés por las
tareas colectivas. ¿Cómo saberse y sentirse ciudadano igual
cuando la propia cultura es preterida? ¿Cómo aceptar las
normas políticas de una cultura que resulta extraña?
Ciertamente, si la ciudadanía ha de ser un vínculo de unión
entre grupos sociales diversos, no puede ser ya sino una
ciudadanía compleja, pluralista y diferenciada y, en lo que
se refiere a sociedades en que conviven culturas diversas,
una
ciudadanía multicultural
, capaz de tolerar, respetar o
integrar las diferentes culturas de una comunidad política
de tal modo que sus miembros se sientan «ciudadanos de
primera». Para lo cual se han ido ensayando distintas
fórmulas, con mayor o menor fortuna.
En principio, podríamos decir que el «
multiculturalismo
»
consiste en un conjunto variado de fenómenos sociales, que
derivan de la difícil convivencia y/o coexistencia en un
mismo espacio social de personas que se identifican con
culturas diversas
1
. Los problemas que se plantean no
proceden tanto del hecho de que haya diversas culturas,
sino del hecho de que personas con distintos bagajes
culturales hayan de convivir en un mismo espacio social, sea
una comunidad política sea una comunidad humana real en
su conjunto, y que las más de las veces una de las culturas
sea dominante.
Los procedimientos ensayados para organizar las diferencias
culturales componen una escala, cuyo peldaño inferior es el
multiculturalismo radical, que se pronuncia por una política
de
appartheid
, al estilo de Sudáfrica, y el siguiente el
asimilacionismo de mayor o menor calado. Las políticas de
appartheid
abogan por la separación de los diferentes
grupos culturales, que viven en distintos lugares, incluso
físicos, mientras que la
asimilación
de las culturas relegadas
a la dominante ha sido el modo habitual de proceder con
los grupos inmigrantes, a los que se pide abandonar la
propia cultura y adoptar la del nuevo país. Así funciona el
melting pot
de Estados Unidos, consistente en la fusión
biológica de diversos grupos étnicos blancos, a través de
matrimonios mixtos, más que en la fusión de grupos
culturales diversos. Esta fusión, según Roosevelt, se produjo
desde 1776 hasta 1789, de forma que la nacionalidad
norteamericana queda conformada definitivamente en un
solo tipo con el hombre de la época de Washington
2
.
En general, el asimilacionismo espera que los miembros de
las culturas relegadas se asimilen a la central. Y aunque se
dice que es éste un procedimiento seguido sobre todo con
grupos inmigrantes, también se adopta a menudo con
culturas asentadas en un territorio desde tiempo inmemorial,
como ha sido el caso de los gitanos hasta hace algunos años.
Sin embargo, en los años setenta del siglo
XX
, tanto en
Australia como en Canadá y en Estados Unidos, las políticas
Ciudadanía intercultural.
Miseria del etnocentrismo
Adela Cortina. “Ciudadanía intercultural. Miseria del etnocentrismo”,
en
Ciudadanos del mundo
. Madrid: Alianza, 1998. pp. 186-255.
1
Emilio Lamo de Espinosa,
Culturas, Estados. Ciudadanos
, Madrid. Alianza Editorial, 1995, pp. 14 y 18.
2
Will Kyrnlicka,
Ciudadanía multicultural
, Barcdona, Paidós, 1996.30, nota 3.