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Libro para el Maestro
de onda corta. Con el apoyo de la Universidad Iberoamericana,
se iniciaron programas de alfabetización y educación básica a
distancia. En numerosas comunidades indígenas y mestizas de
la sierra de Veracruz, Puebla e Hidalgo, los monitores capacitados
por el personal de la radio se encargaron de organizar los grupos
y asumieron la tarea de impartir cursos, bajo la guía de los
maestros que desde la radio elaboraban los materiales y
conducían las lecciones.
Con el transcurso de los años, la programación de Radio Huaya
creció con el Noticiero del campo, música regional, información
agrícola, programas de salud y apoyos a proyectos productivos
y sociales, entre otros. En virtud de su crecimiento, los operadores
solicitaron el permiso para transmitir en onda media entre los
500 y los 1,600 khz. Con ese objetivo se hicieron los trámites
ante la
SCT
desde 1978, a pesar de que se cubrieron los requisitos
técnicos, tanto esa dependencia como la Secretaría de
Gobernación, le negaron el permiso para transmitir en esta
frecuencia.
Con la aparición de organizaciones indígenas, campesinas y
sociales que promueven el respeto a los derechos humanos y el
desarrollo de los pueblos indios en la región, Radio Huaya abrió
sus micrófonos a estas expresiones, lo que dio el pretexto
esperado por la
SCT
para suspender sus transmisiones en abril
de 1995, con el argumento de que no cumplía los requisitos
técnicos establecidos por la ley. Previamente, funcionarios del
gobierno federal y estatal habían insinuado que la estación
transmitía “mensajes cifrados” y “promovía la violencia”. Los
mensajes cifrados no eran otra cosa que transmisiones en lengua
nahua, otomí y tepehua. Tres meses después y luego de una serie
de protestas que incluyó un desplegado con la firma de tres mil
indígenas de la región, Radio Huaya fue reabierta. Hoy opera con
el mismo entusiasmo, pero también con los mismo problemas
económicos.
Radio Teocelo también inició operaciones en 1965, transmite
desde Teocelo, Veracruz, sirve a una población de alrededor de
300 mil habitantes aglutinados en 12 municipios con fuerte
presencia indígena y campesina. La
SCT
la cerró en 1998 con el
argumento de que no contaba con el permiso correspondiente.
La clausura generó el descontento de diversas
ONG
s tanto de
México como extranjeras que obligaron a las partes a negociar.
Finalmente, ese mismo año
SCT
le otorgó el permiso.
Radio Bemba opera desde las instalaciones de la Universidad de
Sonora, sin la aprobación de las autoridades universitarias;
pretende crear un espacio para la sociedad civil y fortalecer la
defensa de los derechos humanos, la información de salud, el
rescate del medio ambiente, la equidad de género y la identidad.
La estación es operada por los propios estudiantes, quienes
reciben amenazas constantes de cierre por parte de la
SCT
y
presiones de los concesionarios locales.
La Voladora Radio, ubicada en Amecameca, Estado de México,
surgió recientemente como una alternativa para los pueblos
cercanos al Popocatépetl, en virtud de la información poco
objetiva de los medios electrónicos e impresos sobre las
constantes erupciones del volcán. Es operada por los habitantes
de la zona y, entre otras actividades, respalda las campañas de
protección civil de las autoridades. Tampoco cuenta con el
permiso de la
SCT
. Otros proyectos quedaron en el camino, como
Tele Verdad, Radio Interferencia, Radio Sublevarte y Ke Huelga,
unas salieron del aire al cumplir sus objetivos, otros por
limitaciones técnicas, financieras y operativas y la última cuando
el gobierno recuperó las instalaciones de la
UNAM
, que había
sido secuestrada.
LAS RADIOS COMUNITARIAS Y LA LEGISLACIÓN
DE MEDIOS ELECTRÓNICOS
El derecho a transmitir de estas estaciones está avalado en
diversas declaraciones y tratados internacionales, algunos de
ellos firmados por el gobierno mexicano y por tanto son parte
de su normatividad interna, entre ellos la Declaración Universal
de los Derechos del Hombre aprobada por la
ONU
en 1948, la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
del mismo año e impulsada por la
OEA
, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, de 1966 y el llamado Pacto de Costa
Rica.
En México, están amparadas en el artículo 6 constitucional que
garantiza la libertad de expresión y en las recientes reformas al
artículo 2, a partir de la aprobación de la Ley de Derechos y
Cultura Indígena, que incluyó un apartado relativo al acceso a
la información gubernamental y al derecho y manejo de los
medios por parte de los pueblos indios. Y el 4 relativo al derecho
de los mexicanos a un medio ambiente saludable, a la
alimentación, a la salud, a la cultura, a la educación y a un sano
esparcimiento para su desarrollo integral.
La Ley Federal de Radio y Televisión establece que las estaciones
podrán ser comerciales, oficiales, culturales, de experimentación,
escuelas radiofónicas o de otra índole. Las comerciales son
concesionadas y las otras requieren permiso, pero, como ya se
ha dicho, los trámites y los costos establecidos son simplemente
inaccesibles para la mayoría de las estaciones comunitarias.
(Artículo publicado en agosto de 2003)