FORMACIÓN CÍVICA Y ÉTICA
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II
En el afán de vivir en la panza de la metró-
poli, un indígena se percata de que la urbe
cruel, opulenta, indiferente, no lo ve. Y
para dejar de ser invisible, el viejo conjuro
no falla; hay que gritarlo con desprecio a
otro como él: “Mugre indio!”.
Así de fácil, vergonzoso, pero efectivo.
Y para marcar la diferencia, son bue-
nos unos tenis, un pantalón de mezclilla,
una playera y, por supuesto, dejar de
hablar la lengua materna.
Prefieren hablar en “español champu-
rrado”, mal hablado, reconoce el huasteco
Victoriano Hernández Martínez.
La primera pena de un indígena es
integrarse con los suyos en las redes co-
munitarias.
¡A hablar así a su pueblo! ¡regrésese a
su rancho!, se maltrata al recién llegado
que “no sabe vivir en la ciudad”.
Dos indígenas dialogan: el huasteco
Victoriano y el zapoteco Benjamín Men-
doza.
—Entre nuestra propia gente hay un
racismo tremendo.
—Qué dolor ver a un indígena con su telé-
fono celular, mirar con desprecio a otro
y decirle con odio, ¡indio mugroso!
Son los diálogos en el infierno urbano,
de la discriminación que alguien puso en
el
ADN
de los bebés, en la frente de los
niños, en las manos de las niñas que cum-
plen “sus 15” como sirvientas; en viejos sin
medicinas; en madres con sentimiento de
culpa por dar a mamar la lengua que los
delata.
Ambos comparten un proyecto de uni-
dad en la Asamblea de Migrantes Indígenas
de la Ciudad de México, el rescate de sus
tradiciones en la urbe.
Hay mucho racismo entre indígenas, reconocen
Juan Arvizu. “Hay mucho racismo entre indígenas. Reconocen”.
En:
El Universal online
. Lunes 30 de julio de 2007
(recuperado el 12 de noviembre de 2007). Adaptación.
Una iglesia del norte de Italia se transforma todos los viernes en una mezquita, con
el fin de fomentar la tolerancia entre las religiones, informaron hoy medios locales
italianos.
La idea fue del padre Don Aldo Danieli.
El religioso de la localidad de Paderno di Ponzano Veneto decidió que todos los
viernes parte de la iglesia sea usada por los ciudadanos musulmanes, que se en-
cuentran allí para rezar.
En el pueblo cerca de Treviso viven 11.400 personas.
Alrededor de 650 de ellas son inmigrantes que provienen del norte de África y
Europa del Este.
Sin autor. “Iglesia del norte de Italia se convierte los viernes en mezquita.”
En
Milenio
. Viernes 9 de noviembre de 2007
(recuperado el 14 de noviembre de 2007).
Iglesia del norte de Italia
se convierte los viernes en mezquita