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Libro para el Maestro
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HISTORIA
II
El carácter de los poblanos
[…] se mostró grandioso. […]. Dos meses de permanente
bombardeo, hambre. Por dos veces, el doce de mayo, la población civil trató de aban-
donar la plaza. Dos veces mujeres y niños intentaron cruzar las fortificaciones y pasar
las líneas enemigas, y dos veces los franceses cañonearon a la multitud desarmada para
evitar que saliera, sabiendo que esas bocas extras causarían mayor embarazo aún a los
sitiados y no compadeciéndose del hambre y de la neutralidad de los no combatientes.
5 días después caía Puebla[…]
El triunfo del 17 de mayo era en cierto sentido tan costoso para ellos [los franceses]
como lo había sido la derrota del cinco; estaban descubriendo el sacrosanto valor de la
tenacidad. Quizá en su soberbia no percibían ese mar subterráneo que crecía bajo sus
pies, que encharcaba el paso de los cascos de sus caballos; pero no podían dejar de
intuirlo, de sentir la picazón detrás de las orejas producto de una mirada
aviesa
, ese
resabio de mal gusto en la boca[…]
Viva México, mascullaba yo paseando por calles tan silenciosas como las de Puebla,
puesto que la ciudad capital parecía haberse recogido en sí misma. Viva México,
escupía yo, contrahecho, inundado de rabia mientras caminaba sin ton ni son por una
ciudad desértica. Viva México, me rumiaba sin voz y en obsesiones, como si al conjuro
de la patria fuera a revivir la esperanza. Viva México. Rugía yo sin aliento, solo y hacia
dentro en mis soledades.
Paco Ignacio Taibo II.
La Lejanía del tesoro
. México: Planeta, 1992. pp. 33-35.
El pintor francés Edouard Manet pintó la
escena del fusilamiento de Maximiliano,
Miramón y Mejía. Este hecho causó escán-
dalo entre las grandes potencias. Muchas
personas pidieron al gobierno liberal
mexicano, encabezado por Benito Juárez,
clemencia para el austriaco, pero ésta no
fue concedida.
Con este hecho terminó el
Segundo Imperio en México, se
esfumó todo sueño monarquis-
ta y se disolvió el partido
conservador. El gobierno
liberal, encabezado por Juárez
volvió a la Ciudad de México,
sede del poder federal, después
de una ardua lucha por defen-
der la soberanía nacional. El
pueblo lo recibió jubiloso.
Nuevamente surgía la esperan-
za de que los problemas del
país quedarían atrás.
Aviesa:
Torcida,
fuera de regla.