Practica esta lección: Ir al examen
José Mariano Elizaga fue maestro de capilla en Morelia y fue nombrado por Iturbide como
músico del imperio. Posteriormente, le tocó vivir el movimiento de Independencia y fue uno
de los máximos exponentes de la música del siglo
XIX
.
Paralelamente a la música “académica” que se llevaba a cabo en iglesias y escuelas, la
música popular alcanzó un estilo propio al combinar la herencia indígena con las
aportaciones españolas. Las melodías, los ritmos y los instrumentos se mezclaron de
manera muy singular, según la región donde estuvieran, dando origen a nuevas formas
musicales. Tal es el caso del son, en particular del son jarocho.
El siglo
XIX
El siglo
XIX
ve nacer y consumarse la Independencia de México.
Con los cambios sociales y
políticos vinieron cambios culturales. Las expresiones artísticas mexicanas eran el resultado
de la mezcla de sus diversos orígenes y esta mezcla busca por vez primera una identidad
propia. Sin embargo, la música de concierto que se interpretaba en la época de la
Independencia era europea en todas sus características. Las orquestas, conformadas con
los mismos instrumentos que la orquesta sinfónica europea, interpretaban música de los
compositores del antiguo continente. Asímismo, los compositores mexicanos imitaban el
estilo europeo.
Con el inicio de la época Colonial, se empieza a gestar la diferenciación entre música culta y
música tradicional, a causa de la “escolarización” de la música por parte de las iglesias y
academias. En la Independencia esta diferencia se hace más marcada, ambos géneros se
distancian entre sí y siguen distintas tendencias. En la música tradicional los factores
hispanos, indígenas y negros se funden en estilos musicales que pronto toman una identidad
propia. De España llegaron marchas, jarabes, canciones, pero adquirieron rasgos muy
particulares al combinarse con los ya existentes, creando estilos y formas musicales con una
personalidad propia.
En cambio, la música culta se enorgullece de ser como la europea. Se interpreta en salones,
salas de concierto y residencias de las clases altas. En las casas de la alta sociedad era muy
común encontrar un piano, los miembros de las familias interpretaban instrumentos,
cantaban y se reunían para hacer pequeños conciertos. Este tipo de escenarios (salones
pequeños, no públicos sino de casas particulares) hace que prospere la música de cámara.
Se producen valses, marchas lentas, gavotas y todo tipo de música de salón.
En Europa, era la época del romanticismo y las obras que se componían y estrenaban allá
llegaban rápidamente a México; los compositores favoritos que interpretaban los músicos en
México eran Chopin, Liszt, Verdi, Tchaikowsky, pero también se interpretaban los clásicos,
como Haydn, Mozart y Beethoven. En México, esta etapa de creación musical también recibe
el nombre de romanticismo.
En México, José Mariano Elizaga organizó en 1825 la Primera Sociedad Filarmónica, una
asociación de músicos y patrocinadores que tenía como propósitos formar una academia
formal de música, una orquesta sinfónica y un coro, así como una editora de música. En
1828 se funda una segunda sociedad filarmónica, en la que destacan los músicos Melesio
Morales, Agustín Caballero, Ángela Peralta, Aniceto Ortega y Cenobio Paniagua, quien
organizó en 1860 la primera compañía mexicana de Ópera.
123