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El día fijado por los hombres serios, Su MADR Int ntó
DIStRA R A KORI, LL vánDOLO cOn LLA A cOMPRAR cHucH RÍAS n
LAS tI nD cItAS D L BARRIO. ² RO L nIñO nO quISO IR. COMO cADA
DÍA, S vIStIó y S ncAMInó HAcIA LOS cORRAL S. ³L gó AL D CA-
RAM LO. ´ S ntó n L Su LO y AguARDó LA HORA, SIn HAc R un
g StO, SIn LLORAR.
²OcO D SPuéS, S PR S ntAROn Su tÍO, L MAtARIF y OtROS
DOS HOMBR S qu L S IBAn A Ayu DAR. TODOS IBAn MBOzADOS n
SuS tuRBAnt S n gROS y nIngunO S AtR vÍA A MIRAR AL nIñO.
KORI tAMPOcO LOS MIRABA A LLOS. NO t nÍA OJOS MáS qu PARA
Su AMADO CARAM LO.
³OS HOMBR S S RIOS LL vAROn AL cAM LLO A LA
ham-
mada
, tRAS LA cOLInA, AL LugAR n L qu S HAcÍAn LOS
SAcRIficIOS: unA nORM SuP RficI D SOLADA, n LA qu
SóLO S v ÍAn LAS PI L S y LOS Hu SOS, t StIgOS D OtROS
MucHOS SAcRIficIOS, y LA SILu tA n gRA D LOS cu RvOS.
KORI SIguIó A LA cOMItIvA D c RcA, cOn LA cAB zA
BAJA y LOS OJOS nc nDIDOS.
µL LL gAR AL LugAR L gIDO, HIcI ROn qu L cAM LLO
DOBLARA LAS PAtAS. ¶ABÍA un SIL ncIO InSóLItO.
KORI S AcucLILLó D LAnt D L cAM LLO y L MIRó A
LOS OJOS y A LA BOcA. CARAM LO L MIRABA tAMBIén, y
RuMIABA, MOvI nDO LOS LABIOS y LA L nguA. KORI tAMBIén
MOvÍA LOS LABIOS y LA L nguA, MI ntRAS D SuS OJOS cAÍAn
LágRIMAS, D SPAcIO, SIn SOLLOzOS, SIn nIngún SOnIDO.
µ unA S ñA D Su tÍO, LOS HOMBR S D L tuRBAnt
n gRO AgARRAROn AL cAM LLO D LA cAB zA, OBLIgán-
DOL A P RMAn c R n DIR ccIón A LA · cA, y L MAtARIF
LO D gOLLó.
CuAnDO L cAM LLO gRItó Su SORPR SA y Su DOLOR, cuAnDO
DIO un ALARIDO D D c PcIón y D RABIA, KORI S PuSO D PI D
un SALtO, ASuStADO POR LOS g StOS y LA SAngR qu BROtABA
D L cu LLO D CARAM LO.