transformaciones de acuerdo con las condiciones económicas, políticas y sociales). De ahí que
se haya producido una “identidad nacional” inmutable y condensada en símbolos nacionales,
muchos de los cuales se han convertido en estereotipos. Es el caso del charro y la china
poblana, que han sido objeto más de la mercantilización que de una valoración de los bailes y
tradiciones que simbolizan. No se trata, pues, de fortalecer el espíritu nacional con un
aprendizaje mecánico, desritualizado y ajeno al contexto socioeconómico y cultural en que se
generan las manifestaciones dancísticas; se trata de asumir nuestra responsabilidad como
conocedores de las expresiones coreográficas tradicionales y reconocer que en su
escenificación y difusión existe una oportunidad de crear memoria y conciencia de la fuerza de
nuestro pasado cultural, pero también de la necesidad de actuar hoy para transformar la
realidad económica en que viven la mayor parte de las comunidades que nos ofrecen y
comparten sus producciones estéticas.
La danza ha estado estrechamente vinculada con la producción de identidades comunitarias,
regionales e incluso nacionales, y es también un elemento que contribuye al sentido de
pertenencia y a la identidad de diversos grupos. Seguramente has experimentado este
sentimiento de pertenencia al grupo, de comunidad, en algunos momentos del curso, al crear,
bailar y escenificar diversas danzas con tus compañeros. Pero también se hace presente en
otros ámbitos de la vida; algunos bailes identifican a generaciones enteras: los bailes de
nuestros abuelos seguramente no son los mismos que se bailan actualmente en las fiestas y
reuniones; los bailes de las ciudades no son los mismos que los del campo.
De ahí la importancia de que al igual que apreciamos nuestro pasado cultural, valoremos la
fuerza de la danza en la producción de nuevos mundos, ideas y posibilidades. En otras
palabras, reconocer nuestra propia fuerza creativa, que entraña una mirada nueva, refrescante
y crítica de nuestras circunstancias pasadas y actuales y a partir de la cual vislumbramos
nuevos horizontes por explorar. De ahí la importancia del ejercicio creativo en la danza, donde
podemos incorporar nuestras vivencias y las de otros, nuestras formas de pensar, sentir y
actuar y las de otros, y crear así nuevos vínculos y complicidades, nuevos modos de mirar el
mundo, en fin,
nuevas identidades culturales.
Reúnete en un equipo y busquen un video de alguna escenificación de danza contemporánea,
folclórica, o bien alguna manifestación dancística popular. Discutan si la obra contribuye o no y
de qué forma a la memoria histórica, a la reflexión, a crear un sentido de admiración y respeto
por lo ahí representado, o bien a convertir las manifestaciones dancísticas en un mero
entretenimiento de disfrute efímero. Para ello pueden recuperar la guía para la escenificación
que se encuentra en el bloque 5 de
Apuntes. Danza 1 y 2
para analizar con sentido crítico cada
uno de los siguientes aspectos:
1.
El tema de la escenificación.
2.
Estructura y organización de la escenificación.
3. Diseño escénico.
4.
Integración de otras artes.
Elaboren una nota periodística crítica y compártanla con sus compañeros. Todo el grupo
reunido elabore conclusiones sobre la necesidad de recuperar el sentido de identidad cultural
por medio de la danza.
Otro aspecto que conviene analizar es la relación que se produce entre identidad individual (los
comportamientos que te caracterizan y hacen único e irrepetible), identidad social (las
conductas que te identifican con un grupo social y te diferencian de otros grupos sociales).
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